Murcia: Monocultivo de adosados con campos de golf

REVISTA TIEMPO. 03/08/07
MURCIA: DE ESPACIO VIRGEN A ALTURAS ESPACIALES EN SÓLO SEIS AÑOS Monocultivo de adosados con campo de golf
En el 92, la Ley de Protección Ambiental de la Región de Murcia establecía una gran protección de la zona. Pero la Ley del Suelo de Cascos acabó con todo.

(T) Guillem Martínez (F) Victoria Pérez
La costa murciana empieza a ser una continuidad con la alicantina y la almeriense. A la continuidad vital –Alicante, Murcia y Almería es una suerte de Commonwealth; los murcianos y los almerienses van más lejos y han decidido finalizar los diminutivos con la partícula “ico”; exemplum: corderico–, se le une una amplia relación económica y, glups, una costa edificada bajo los criterios estéticos y políticos de la Escuela Valenciana. De pronto, donde menos te lo esperas, aparece al lado de la carretera y de la costa un complejo urbanístico de casas adosadas, que dan más o menos el pego, y de bloques de apartamentos, que lo dan menos. Los precios anunciados en carteles grandiosos y coloridos –una mezcla de falla y de etiqueta de melones; esos valencianos son la pera– tiran de espaldas –100.000 euros; luego vas y preguntas en el piso muestra y el precio suele triplicarse; pero el primer alegrón no te lo quita nadie–. Los núcleos urbanos empiezan a ser incomprensibles. La Divina Providencia, para remediar ese problema, ha dispuesto en todo lo largo y ancho de la Región Murciana a miles de murcianos, a los que les puedes preguntar por la calle que buscas. En lo que es una metáfora del crecimiento urbano acelerado, nunca saben dónde está la calle que buscas. En lo que es una metáfora de la hospitalidad murciana, siempre, no obstante, te sugieren una dirección.

Generalmente hacia las Quimbambas. Según el 100% de las personas con las que hablo a) hace un calor que no tiene nombre, y b) hace tan sólo 6 años la costa murciana era un espacio virgen. Si exceptuamos La Manga y el Mar Menor, planificados por un arquitecto epiléptico. Por cierto, en La Manga y en el Mar etc. recientemente se ha aprobado la ampliación de la altura edificable. Empiezan a ser tan altos que en uno de ellos se podría instalar la Agencia Espacial Murciana.

CUÉNTAME QUÉ TE PASÓ Según José Ramón Jara, número 2 del PSOE local, portavoz en la Asamblea y, por lo que me dicen, el cerebrito del partido, la cosa empezó, continuó, eclosionará y acabará en los titulares, con la empresa más publicitada del nuevo ocio. Según Francisco Poveda, periodista y editor, la cosa empezó una casilla antes. Con el cambio de liderato en el PP. El gran ideólogo del PP murciano era Juan Ramón Calero, abogado del Estado –es decir, con ingresos propios independientes de la suerte de su partido que, por cierto, no se comía un kiki en la autonomía–. Calero se negó a un aumento de volumetría en La Manga. Eso causó un interesante contraste de ideas, que fi nalizó con patada al líder, gestionada desde Génova. Le substituyó el actual gran ideólogo del PP y de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Murcia, que tantos millonarios con la economía resuelta ha dado a la disciplina. Presi de la Región desde 1995, Valcárcel se reveló como un gran animador de la economía murciana, subsector ladrillo, que ha venido empujando con fuerza desde la Comunitat Valenciana. A su vez, Valcárcel ha renovado completamente el campo del protocolo creativo, con aportaciones tales como llamar borracho a otro presi autonómico o “hijo de la gran xxxxx” a varios periodistas locales. “En el 92, la Ley de Protección Ambiental de la Región de Murcia establecía una gran protección de la zona. El PP murciano y la Ley del Suelo de Cascos han acabado con todo”. El modelo murciano de acabar con todo en 6 años, a su vez, ha aportado nuevos palabros al asunto. A saber: Polaris, World, Resort y Golf. No se vayan amigos.

El GOLF(O) Me voy a un resort. Descripción. Casas adosadas clónicas, una al lado de otra. Son tan iguales que cualquier día te equivocas de casa y acabas haciendo la caidita de Roma con una señora adosada a la tuya y no te enteras. En el epicentro está el hotelazo kin-size. Y en su entraña la piscina, con niños británicos y esposas británicas a punto de morir abrasadas bajo el sol murciano. A lo lejos se ven los jugadores de golf. Como sucede en el sumo, en el golf no importa mucho el sobrepeso. Lo que sorprende de todo el compendio visual es, en todo caso, el verdor del campo. Más con este sol, más con la sequedad del terreno. ¿Es sostenible tanto campo? ¿Cuántos campos puede soportar, para revalorizar unas urbanizaciones privadas, una comunidad sin agua? Por cierto, están proyectados más de 50. Si en Murcia hubiera una destilería, aquello parecería un condado escocés con sequía.

H2O En el balcón del Gobierno [Ayuntamiento] de Murcia hay una gran pancarta que dice “Agua para todos”. Se supone que Murcia reclama el agua del PHN para poder acometer su agricultura. Sobre esa premisa se ha generado una gran máquina propagandística, según la cual las izquierdas, Aragón y Catalunya, son los responsables de que Murcia no esté en el G-7. José Ramón Jara, número dos del PSOE local y portavoz en la Asamblea: “El modelo murciano no es sostenible. No sólo por el agua. Piensa que en los últimos 10 años se ha generado tanto suelo urbano como el generado aquí desde los fenicios. Y sin infraestructuras”. Francisco Poveda, periodista y editor: “La agricultura ya no puede competir con Marruecos. El negocio agrícola consiste no en vender el fruto, sino en vender el agua a la industria y a la construcción. El Gobierno central debería revisar e investigar las concesiones de agua a la agricultura en Murcia”.

LA PROPAGANDA Sea como sea, una economía no productiva, no sostenible, fundamentada en una construcción que necesita agua y la adquiere de manera fraudulenta, una manera de fabricar edificios y política, en fin, ha vuelto a ganar las elecciones murcianas por KO. Hablo de ello con Jara. Jara realiza aquí un bello y exótico ejercicio de sinceridad y perplejidad, muy poco frecuente en nuestro biotopo. “En Murcia el PP lo tiene todo: el éxito económico y la gestión de los sentimientos irracionales, sustentados en esa absurda batalla por el agua”. Materializa la nobleza de su pesimismo a través de una historia. “En un pueblo, se proyectaban 14.000 viviendas y 3 campos de golf. En el ayuntamiento hubo un tránsfuga y llegamos al poder. Conseguimos rebajar las viviendas a 2.000. En las elecciones, derechas e izquierdas no nos votaron”. Aquí, medita en voz alta: “El de la construcción es un modelo que integra al poder político, al económico, al mediático y, en ocasiones, al sindical. Es perverso: unos pocos se están comiendo una parte enorme, pero hay migajas. Las izquierdas somos los que les quitamos el pastel a los de las migajas”. Debemos encontrar un discurso que no sea maximalista ni paralizador. Pero que sea. Y, francamente, no sé cuál es”.

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